Ella había hallado su amor verdadero en un poeta. Poco le importaba su apariencia, ya que conocía en profundidad su alma a través de sus letras. Por más que leía sus obras, ella en su mente pensaba que él le escribía co esa pasión, con esa belleza que sólo un enamorado puede hacerlo. Hubo un día en que ella no resisitio más , y salió en su búsqueda. Lo encontró, pero muy tarde. Tan tarde, con casi un siglo de diferencia.
Ella lloró, lloró tamto que no se explicaba el porqué el destino no acomodó los tiempos. Lloró tanto que exclamó al cielo: "Los poetas no deben morir". Ella jamás pensó en todo su tiempo, que estaba amando profundamente a alguien muerto, y aun así juró que lo esperaría.
Ella lloró, lloró tamto que no se explicaba el porqué el destino no acomodó los tiempos. Lloró tanto que exclamó al cielo: "Los poetas no deben morir". Ella jamás pensó en todo su tiempo, que estaba amando profundamente a alguien muerto, y aun así juró que lo esperaría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario