Es que a la vez, es tan patético que le siga llorando, aún después de un año, a sabiendas de que él ni de mi nombre se acuerda... No sólo es mostrar mis sentimientos, es mostrar mi debilidad, demostrar que aún le quiero, que aún sigo siendo aquella pendeja que le amó. Esa que no importa cual sea la situación, dejará que él la pisotée. Me siento tan insignificante, tan esúpida, que no me dan ganas de otras cosa, a excepción de morir.
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