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Porqué siempre me encantó la idea de que tú me entendieras, nadie más, solo tú.
Pero eso jamás fue posible, y realmente no sé la razón... Tú o yo, o quizá simplemente no era lo nuestro estar juntos. O quizá estuvimos juntos en un afán sádico de restablecer el paraíso en el núcleo del infierno.
El tocar tus manos era una sensación espléndida, el modo en que tus dedos me estremecían, pero no tiene caso recordar algo que no fue ni será.
Me conociste como la niña tierna, que te quiso, e inclusive te rogó porqué a su lado te quedaras, pero eso se ha acabado, esta vez, la persona que llora, no seré yo...